Trucos y Consejos
13/8/2025
En la carrera por reducir emisiones y gastar menos combustible, los coches han empezado a jugar con las reglas de la Fórmula 1. Tecnologías que antes solo veíamos en circuitos de alta competición ahora se cuelan bajo el capó de vehículos para el día a día. Una de las más ingeniosas (y casi mágica) es la frenada regenerativa.
Lo que nació como un truco de élite en coches de carreras, hoy es parte del ADN de toda la gama híbrida y eléctrica de Renault. ¿La idea? Recuperar energía cada vez que pisas el freno y usarla para ganar autonomía. Así de simple… y así de brillante. Pero, ¿cómo lo consigue exactamente? Vamos a descubrirlo.
La frenada regenerativa empezó siendo conocida por las siglas en inglés KERS, de Kinetic Energy Recovery System. Dada a conocer por su uso en competiciones deportivas del más alto nivel, esta tecnología es capaz de frenar el coche transformando la energía cinética del vehículo en energía eléctrica.
Simplificando mucho su funcionamiento, la frenada regenerativa o KERS funciona como el antiguo dínamo de una bicicleta. La diferencia fundamental (aparte de las magnitudes de energía) es que esa electricidad no se consume instantáneamente para iluminar una bombilla, sino que se almacena en baterías de alta densidad para su uso posterior.
Así como un freno convencional detiene el vehículo generando una fricción que se disipa al entorno en forma de energía calorífica, la frenada regenerativa captura esa energía mediante un motor eléctrico que invierte su operación, generando electricidad (y no solo liberando calor, a la postre energía desperdiciada) al reducir la velocidad de giro de las ruedas.
La frenada regenerativa es una parte fundamental de los coches híbridos, y en especial de los mild hybrid. Con un uso adecuado de las paradas en ciudad, se genera suficiente electricidad para arrancar el coche, activar el aire acondicionado e incluso recorrer pequeñas distancias a baja velocidad solo con la energía recuperada a través de los frenos.
Tradicionalmente, una de las formas más seguras y eficientes de frenar el coche era valerse del freno motor antes de detenerlo por completo valiéndose del pedal de freno. Esta operación reduce la velocidad de forma progresiva sin reducir drásticamente el par, pero es más involucrada y se ejerce mejor en distancias medias y largas.
El motor eléctrico de los sistemas de frenada regenerativa cumple una función similar. Al ejercer resistencia al giro de las ruedas, detiene el vehículo de forma progresiva, pero gran parte de esa energía que se desperdiciaba en forma de calor usando una mecánica térmica convencional se almacena ahora como electricidad.
En el caso de los coches totalmente eléctricos, que no pueden realizar un freno motor como tal, el sistema de frenada regenerativa cumple una función similar. Para ello existen botones específicos o palancas de cambio automático con una posición Brake (B) que activan la frenada regenerativa por defecto, permitiendo cargar la batería del coche de forma automática al reducir la velocidad.
Dados los beneficios de la frenada regenerativa, su uso es generalmente recomendable frente al freno motor tradicional, y especialmente en entornos urbanos. Con un uso razonable en semáforos y tráfico convencional, se puede mantener la batería de un híbrido suave cargada de forma casi constante, con el consiguiente ahorro de combustible.
Los puertos de montaña, asimismo, presentan una oportunidad extraordinaria para cargar las baterías de coches híbridos enchufables como Renault Symbioz E-Tech full hybrid, dotado con una batería de gran capacidad. Basta con activar la frenada regenerativa por defecto para que el coche frente en las bajadas, recuperando una gran cantidad de energía que en condiciones normales simplemente sería disipada para llenar la batería rápidamente.
Aprender a manejar la frenada regenerativa es fundamental a la hora de conducir un coche híbrido de forma adecuada.
Los vehículos eléctricos Renault con sistema de recuperación de energía en la frenada incorporan también la tecnología ‘one pedal’. Con ella, la conducción urbana se simplifica: no es necesario alternar entre acelerador y freno, ya que ambos se controlan con un solo pedal. Basta con soltar el acelerador para que el vehículo se ralentice progresivamente hasta detenerse por completo.
El modo ‘one pedal’ se gestiona mediante las levas o ‘paddle shifters’ del volante, e incluso se puede ajustar la intensidad del sistema de recuperación de energía durante la frenada con esta tecnología como nivel máximo. El resultado es una conducción más cómoda sobre todo en situaciones de tráfico denso, mayor autonomía y menor desgaste de frenos.
El uso de la frenada regenerativa frente a otros medios proporciona una serie de beneficios que fundamentan la superioridad de los coches híbridos en materia de eficiencia. Podemos distinguir las siguientes:
Por todas estas razones, la frenada regenerativa se ha convertido en un elemento fundamental de todos los turismos modernos. Una tecnología que, además, no deja de evolucionar, alcanzando nuevas cotas de eficiencia y seguridad con el paso de los años.
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