Ventajas en circulación urbana

Tras lo establecido por la Ley del Cambio Climático, las principales ciudades españolas están acotando el uso del vehículo de combustión y creando las denominadas Zonas de Bajas Emisiones (ZBE). Unas restricciones de las que el coche eléctrico queda exento. Además, se le permite el uso de los carriles especiales Bus/VAO y circular con un solo ocupante, lo que representa un ahorro en tiempo.

 

En muchas ciudades también se bonifican las tarifas de estacionamiento público, como aparcamiento en la zona azul (ORA) gratuito, o plazas reservadas con recarga en zonas comerciales que, junto a las restricciones de circulación en el centro de las ciudades, en cierta medida se puede traducir en mayores facilidades a la hora de aparcar.

 

En determinadas provincias, los coches eléctricos también tienen determinadas ventajas fiscales, con descuentos en el Impuesto de Circulación que pueden llegar al 75%.

 

A estas ventajas fiscales, habría que sumarle las diferentes ayudas disponibles tanto para la compra de vehículos eléctricos como para la instalación de puntos de recarga

Muchas menos emisiones

Junto a los aviones y los barcos, las emisiones de los gases de efecto invernadero de los coches suponen la quinta parte del total a nivel mundial. 

A fin de reducirlas, la Comisión Europea ha fijado para 2035 el fin de la venta de coches de combustión. 

Noruega, sin embargo, aspira a conseguirlo en 2025. No es extraño en un país donde el 52 por ciento de los coches vendidos en 2017 ya eran eléctricos.

 

Y es que los vehículos eléctricos no emiten gases contaminantes durante su funcionamiento, tan solo serían responsables indirectos de las emisiones de CO2 de las plantas que producen la electricidad de las que hacen uso. Unas emisiones que llegan a cero si el usuario prescinde de la red eléctrica y carga su vehículo con paneles solares instalados en casa.


Además del CO2, los coches térmicos, en particular los diésel, emiten más de cuatro tipos de gases distintos en su proceso de combustión, expulsando micropartículas muy nocivas para la salud, las llamadas PM 2.5 (partículas 25 veces más pequeñas que el ancho de un cabello humano). La exposición a estas partículas, que en el coche eléctrico puede ser sensiblemente menor, se ha clasificado como el séptimo factor de riesgo más importante de mortalidad.

Más espacio interior

Debido a que los coches eléctricos llevan menos piezas que los coches térmicos y que, por lo general, los motores son también más compactos que los de combustión, el interior de la carrocería dispone de más espacio útil a igualdad de dimensiones exteriores. 

 

Si bien es cierto que las baterías sí que tienen un gran tamaño, estas acostumbran a ser planas y ubicarse en la parte de abajo del coche, sin restar así habitabilidad ni invadir el maletero. De hecho, la parte delantera debajo del capó, donde suele alojarse el motor, tiene a menudo tanto espacio libre, que los fabricantes suelen añadir un maletero delantero.

¿cuánto puede durar un vehículo eléctrico?

El principal límite de la vida de un vehículo eléctrico la marca su batería. En términos generales, se puede considerar que la batería de un vehículo eléctrico puede durar entre 150.000 km y 320.000 km o unos 3.000 ciclos de carga, aunque su conservación depende de muchos factores como las temperaturas extremas o abusar de las cargas rápidas. En cualquier caso, como el resto de elementos del coche tienen un menor desgaste, con un cambio de batería cuando sea necesario, podremos alargar los años de disfrute con nuestro coche eléctrico.

 

 

sobre el autor

Sergio Parra

periodista especializado en motor