Tecno y Tendencias
20/5/2025
Tocar, deslizar, ampliar…, en cuestión de un par de décadas nuestras vidas se han rodeado de pantallas que funcionan como interfaces efectivas para interactuar con dispositivos, electrodomésticos, o incluso grandes máquinas. Y la digitalización no solo ha transformado nuestros hogares y bolsillos, también está redefiniendo la experiencia que tenemos al volante. Las pantallas táctiles, que antes eran una novedad limitada a los sistemas de navegación, hoy son el centro neurálgico del vehículo moderno.
Renault ha sido una de las marcas pioneras en llevar esa revolución tecnológica a la carretera. Su apuesta ha sido clara: crear una experiencia de conducción conectada, intuitiva y segura, inspirada en los mismos gestos y rutinas digitales que usamos en nuestro día a día.
Si echamos la vista atrás, en los años 2000 lo habitual era encontrarnos con autoradios integrados, controlados por diales, botones y joysticks. Pero unos años después, llegó uno de los primeros grandes pasos: el Carminat TomTom, integrado en la tercera generación de Renault Clio. Por fin, una pantalla en el salpicadero.
A partir de ahí, el avance fue imparable. En 2012 el eléctrico Renault Zoe y el nuevo Clio incorporaron, por primera vez, una pantalla táctil en el vehículo. Poco después, el sistema R-LINK Evolution mejoró la apuesta con una pantalla de 7 pulgadas, control por voz y mapas de TomTom.
Con la evolución a R-LINK 2 llegan pantallas de hasta 8,7 pulgadas en formato vertical, cartografía 3D y una mejor integración de Apple CarPlay y Android Auto. Estamos en 2014 y es Renault Espace de quinta generación el que estrena esta forma similar a usar la interfaz de un teléfono.
Su formato también se presentaba como el ideal para dibujar un mapa que se mueve en tiempo real. Estamos ante un sistema realmente extendido ya que lo podemos usar en el Megane IV, el Clio V o la segunda generación del Captur.
En este camino nos hemos podido encontrar con soluciones integradas en una aplicación móvil, como Radio Connect R&Go, con la que Renault permitió que vehículos muy asequibles puedan contar con acceso al teléfono, control de audio, navegación y consejos de conducción. También debemos destacar Media Nav Evolution, que ofrece en vehículos del mismo nivel un sistema integrado que coloca una pantalla táctil de 7 pulgadas en nuestro salpicadero. Nos permite incluir nuestro teléfono en la interfaz, ofreciendo un primer soporte para Apple CarPlay y Android Auto.
A medida que los teléfonos se han ido convirtiendo en una extensión del usuario, los conductores han comenzado a exigir la misma fluidez y capacidad de personalización en el interior de los vehículos. Renault fue una de las primeras marcas en reconocer esta necesidad y adaptarse a ella.
Con el tiempo, los conductores comenzaron a exigir en el coche la misma experiencia fluida que ya tenían en el móvil. Renault supo adaptarse. Un buen ejemplo es Easy Link, un sistema disponible en Zoe, Mégane, Twingo o Clio, que alcanza las 9,3 pulgadas y ofrece navegación 3D, personalización total y acceso remoto desde el móvil para consultar el estado del coche, localizarlo o preparar una ruta antes de salir.
Con la llegada de su sistema openR link, Renault da un salto cualitativo en 2021, en el interior del Megane E-Tech eléctrico. Se trata de una gran pantalla en forma de "L" invertida que fusiona cuadro de instrumentos y panel central (12 pulgadas), todo orientado a reducir distracciones, mantener las manos en el volante y la atención en la carretera.
Además de ofrecer la mejor ergonomía digital del mercado, el ecosistema digital funciona sobre Android Automotive OS, con los servicios de Google integrados, lo que permite una experiencia similar a la de un smartphone:
La pantalla invertida en forma de doble L no se adapta a todas las necesidades y tamaños de vehículo, por esto Renault adaptó openR link al nuevo Renault 5 E-Tech eléctrico, presentando dos paneles colocados horizontalmente: 10,1 para la instrumentación y 10 pulgadas para el centro multimedia. La evolución a tres pantallas dispuestas de manera horizontal la podemos ver en el Renault Grand Koleos del mercado coreano.
La integración de la inteligencia artificial en nuestros coches, en forma de asistentes virtuales convierte a las pantallas en auténticos copilotos digitales, capaces de anticiparse a las necesidades del conductor y ofrecer una experiencia mucho más fluida y personalizada. Ya en el nuevo Renault 5 E-Tech eléctrico, por ejemplo, se integra reno, el avatar oficial de Renault que está desarrollado por uno de los creadores de Siri.
La interacción con los asistentes es cada vez más natural, alejándonos del uso de comandos rígidos. Por ejemplo, en lugar de pedir que baje la temperatura del habitáculo, podemos decirle que tenemos calor y el sistema entenderá lo que queremos decir, actuando en consecuencia.
En lo que respecta a la personalización, el coche puede reconocer al conductor y adaptar automáticamente parámetros de conducción y habitabilidad. Imagina que al entrar en el coche selecciona por ti la posición del asiento idónea, el modo de conducción, la iluminación ambiental, o las preferencias musicales.
El caso de openR link y el Asistente de Google es realmente práctico, ya que permite una conectividad directa con los servicios que a diario usamos en nuestro teléfono y ordenador, como el calendario o las búsquedas. Con esta integración estamos extendiendo nuestra vida digital hasta el vehículo.
La proliferación de sensores interiores y exteriores en nuestros vehículo conseguirá que las interfaces del futuro interpreten mejor el mundo que nos rodea, ofreciendo una experiencia más predictiva. El coche será mucho efectivo a la hora de interpretar detalles importantes como cuántos ocupantes viajan, si hay niños a bordo, o si mostramos niveles de fatiga.
Otro de los campos donde se espera mayor evolución es en la comunicación entre vehículos (V2V), infraestructuras (V2I) y dispositivos personales (V2X). El coche pasa a ser un nodo dentro de una red inteligente, de la que recibimos información valiosa en tiempo real.
En lo que respecta a la calidad de las pantallas, la lógica nos hace pensar en paneles distribuidos por más lugares del habitáculo, con la tecnología OLED curva. Estarán apoyadas por sistemas de proyección sobre el parabrisas de mayor calidad, con el objetivo de que la carretera siga siendo nuestra principal atención.
Renault trabaja en la gestión del hogar desde el propio vehículo, como si se tratara de un dispositivo conectado más. Podremos, por ejemplo, usar nuestro asistente de voz y decirle “estoy llegando a casa”, para que se vayan encendido luces y climatización.
Desde los primeros sistemas táctiles hasta openR link, Renault ha sabido integrar la tecnología sin perder de vista lo más importante: la experiencia humana. Porque en la carretera del futuro, lo verdaderamente revolucionario no será la calidad de la pantalla, sino cómo nos entiende, nos protege y acompaña en el viaje.
sobre el autor
periodista especializado en motor