No cabe duda de que la descarbonización de la movilidad requiere un enfoque integral que contemple no solo las emisiones que se generan cuando conducimos, sino también la producción de los vehículos y la gestión de estos en su fin de vida. Gracias al reciclaje cada vez son más los elementos utilizados en los vehículos que provienen de otros productos y cada vez son más los elementos de los vehículos que, después de su fin de vida, se pueden reutilizar para otros fines.

¿Cuánto de un coche se puede reciclar?

Cabe recordar que la legislación europea (directiva 2000/53 CE) regula esta materia estableciendo que el 95% del peso de los vehículos debe ser reutilizable o valorizable, entendiendo como valorizable el aprovechamiento de las partes no reutilizables para su conversión en energía. 


Los beneficios del reciclaje son enormes, ya que en la medida en que los coches sean reciclables, no se generan residuos peligrosos para el medioambiente y cuanto mayor sea el uso de materiales reciclados, mayor la reducción de emisiones en los procesos de obtención de materias primas. 

 

En este artículo no profundizaremos en “cómo se recicla un coche eléctrico” porque se trató en otro artículo de este blog, aunque sí haremos alguna mención a los elementos que se pueden aprovechar de sus baterías. En torno al reciclaje conviene abordar algunas preguntas fundamentales: 

¿Qué partes del coche proceden de materiales reciclados?

Si bien no hay coches 100% construidos a través de materiales reciclados, cada vez son más las piezas provenientes de elementos reutilizados, a continuación mencionamos algunos ejemplos:

 

  • Paneles de puertas, consolas y salpicaderos con plásticos provenientes del reciclaje. Renault Megane E-Tech 100% eléctrico incorpora de media 28 kilos de plásticos reciclados.
  • Inserciones de madera provenientes de producto de desecho del corcho.
  • Alfombrillas provenientes de redes de pesca.
  • Telas en interiores provenientes de cinturones de seguridad reciclados, cortes textiles y botellas de plástico, como en Renault Zoe.

La incorporación de estos materiales reciclados tiene un impacto muy significativo en la sostenibilidad. 

Por mencionar solo un ejemplo, la tela utilizada en Renault Zoe en asientos y revestimientos reduce la huella de carbono en un 60% en comparación con el proceso estándar de fabricación.

¿Qué se puede reciclar de un coche?

No solo hay cada vez más materiales reciclables, sino que al contemplar esta necesidad de reciclaje desde la concepción, los procesos de reciclaje son más eficientes. Algunos ejemplos de materiales reciclables son:

 

  • Aceros y otros metales como el cobre, aluminio, zinc (chapa, motor, cableado, …).
  • Metales preciosos como el platino, rodio o paladio, entre otros disponibles en los catalizadores.
  • Gran parte de los plásticos de los vehículos se utilizan para generar nuevos plásticos (parachoques, aletas, paneles de puertas, salpicaderos, …).
  • Vidrio (lunas, ventanillas, …).
  • Neumáticos y otros elementos de caucho.

¿Se puede reciclar la batería de un coche eléctrico?

Otro de los aspectos clave que conviene tener muy claro es que sí se pueden reciclar los metales presentes en las baterías de los coches eléctricos. Sobre una base de una batería media de 60 kWh con un peso de 315 kg contendrá los siguientes metales: grafito (52 kg), aluminio (35 kg), níquel (29 kg), cobre (20 kg), acero (20 kg), manganeso (10 kg), litio (6 kg), cobalto (8 kg) y hierro (5 kg).  


Todos estos materiales son esenciales por su importancia económica y las dificultades que en el largo plazo puede haber en torno a su abastecimiento.


Cabe recordar que antes de proceder al reciclaje existen otros muchos aprovechamientos posibles para las baterías de los vehículos eléctricos, como se indicó en el artículo del blog “qué se hace con las baterías de un coche eléctrico”. Solo cuando esas baterías ya no puedan ser utilizadas para otros usos, tendrá sentido su reciclaje.

 

 

Si bien es cierto que actualmente aún no existen procesos de reciclaje con economías de escala suficientes, se estima que en 2.031 habrá en Europa 40.000 toneladas de minerales contenidos en baterías reciclables. 

Nadie duda que con estos volúmenes será muy interesante el desarrollo de procesos industriales para la recuperación rentable de los minerales contenidos en dichas baterías. Y con este objetivo se está avanzando también en el marco regulatorio adecuado (Directiva 2006/66, COM (2020) 798 – Regulation Batteries and waste batteries ).

Qué beneficios conseguimos gracias al reciclaje

 
  •  Preservar los recursos naturales y evitar la degradación de los ecosistemas.

 

Gracias a la disminución en la extracción de nuevos materiales 

 

  • Ahorrar energía y agua.

 

Aunque los procesos de reciclaje también necesitan energía y agua, son procesos mucho más eficientes que los procesos de minería y refinamiento.

 

  • Reducir huella de carbono. 

 

Al tratarse como se mencionaba en el punto anterior de procesos más eficientes, también se generan menores emisiones de CO2. Además, el reciclaje a menudo se realiza en lugares más cercanos a donde van a acabar siendo reutilizados los materiales, disminuyendo las necesidades de transporte de mercancías.

 

  • Minimizar los residuos.

 

Gracias al reaprovechamiento de materiales, elementos valiosos no acaban en vertederos con el impacto ambiental que implica

 

  • Evitar la liberación de emisiones y sustancias contaminantes.

 

Gracias al tratamiento selectivo de líquidos como aceites, ácidos de baterías, líquidos de frenos o refrigerantes, estos líquidos no contaminan suelo, agua y aire.

 

  • Impulsar la economía.

 

A nivel económico el reciclaje también supone una industria en sí misma, con muchos beneficios como la generación de actividad y empleo, la reducción de la dependencia de importaciones y acercar el objetivo de conseguir una economía circular

 

Con todo lo que aquí hemos podido desgranar, quedan pocas dudas sobre las bondades del reciclaje. La industria de la automoción está realizando enormes esfuerzos para ser cada vez más sostenible y minimizar la huella de carbono en todo el ciclo de vida de los coches. Este es el camino para que la movilidad cumpla con los ambiciosos retos medioambientales que como sociedad necesitamos resolver.

 

 

sobre el autor

Jesús Cárdenas

periodista especializado en motor