La movilidad siempre ha estado cambiando y evolucionando a lo largo del tiempo a medida que la sociedad también lo hacía.

De hecho, no solo se ha convertido en una necesidad fundamental y en un derecho, tal y como se establece en la Estrategia de Movilidad Segura, Sostenible y Conectada 2030, sino que también se ha convertido en un facilitador y termómetro de la evolución de la sociedad. 

 

Pero quizás, es ahora cuando percibimos esta evolución y los cambios que se están produciendo en ella a una mayor velocidad, ya que es indiscutible que el paradigma de movilidad actual tiene un alto impacto económico, pero también ambiental y social sobre el que tenemos que actuar. 

 

El Pacto Verde Europeo con su objetivo de neutralidad climática y de reducción del 90% de las emisiones de CO2 asociadas al transporte para el 2050, ha marcado un antes y un después. Y es que, recientemente, se aprobaban y aumentaban los objetivos de reducción de emisiones de CO2 de turismos y furgonetas al 55% para el 2030, un objetivo derivado del programa ‘Fit for 55’ que establece que todos los vehículos vendidos en 2035 sean cero emisiones. 

 

A nivel nacional, con la Ley de Cambio Climático y Transición Energética y el anteproyecto de Ley de Movilidad Sostenible, veremos cómo a partir del 1 de enero del 2023 más de 150 municipios establecerán zonas de bajas emisiones priorizando modos de movilidad sostenibles, además, veremos cómo empresas y áreas de gran actividad establecerán planes de movilidad al trabajo por ley, y otras medidas que hace unos años nos parecerían impensables y que transformarán nuestras ciudades y nuestra movilidad.

 

Pero no solo debemos pensar en cómo nos movemos, sino también plantearnos cómo otros han de moverse para cubrir nuestras demandas. Son muchas las soluciones que se están planteando para minimizar el impacto de nuestra movilidad personal, en las que el vehículo eléctrico está adquiriendo un gran protagonismo, sin embargo, hay otra movilidad -la de mercancías- la cual no deja de crecer.

 

La  facturación del comercio electrónico en España aumentó en 2021 un 11,7% (15,8% en el cuarto trimestre) de acuerdo con el informe de CNMCData, un modelo de consumo con alto impacto en la sostenibilidad ambiental, económica y social, como recoge el informe de la EAE Business School: “La sostenibilidad en el e-commerce actual. El impacto de nuestra decisión de compra”.

 

De este mismo informe, se extrajo que el 79% de los encuestados dudaba de la sostenibilidad del modelo actual del e-commerce. Además, el 88% de los consumidores encuestados consideraban relevante que éstos ofrecieran información y opciones más sostenibles tanto del producto/servicio como de la entrega de estos. Por ello, en la European Green Week nació el movimiento entrega sostenible, con el objetivo de que podamos primar y reconocer a las organizaciones que están poniendo un producto sostenible en el mercado, y que hacen que nos lleguen de manera sostenible.

 

Una de las acciones que se priman en este movimiento, es la sustitución de la flota de distribución, cada vez más presente y con mayor impacto en las ciudades, por una flota más sostenible, un cambio que se está produciendo con gran dificultad. Según el informe OBS Business School: "El vehículo eléctrico en España. Situación actual, objetivos y retos a abordar", la cuota de mercado de furgonetas eléctricas y camiones eléctricos enchufables no superó el 2% en 2020, al no alcanzar la matriculación de 2.000 furgonetas eléctricas y solo 8 camiones eléctricos enchufables matriculados. Y aunque en el primer semestre de 2022 se ha cerrado la matriculación de 1.800 furgonetas eléctricas y 11 camiones, no dejan de ser datos a mejorar. 

 

Si apoyamos con nuestra decisión de compra a las organizaciones que impulsan un consumo y una entrega sostenible, conseguiremos ayudar a que se vean compensadas por el esfuerzo y a que otras muchas quieran formar parte del cambio. Así, entre todos alcanzaremos un mayor y mejor impacto tanto ambiental, como económico y social. 

 

Porque con nuestra decisión de compra al priorizar a empresas sostenibles, somos también parte del cambio. 

 

Pero para que esto pueda hacerse realidad, es importante colocar al ciudadano en el centro de la movilidad, facilitar este cambio de la mano de la tecnología y sensibilizar sobre los impactos de la movilidad que generamos directa e indirectamente.

 

La tecnología nos debe ayudar a evitar desplazamientos innecesarios y hacer más eficientes aquellos que sí lo son.

 

 

sobre el autor

May López

periodista especializado en sostenibilidad